sábado, 18 de diciembre de 2010

Cuentos cortos de Navidad

Primer cuento: Pierre y Danielle

Hace muchos años, en la campiña francesa, rodeados por escenarios bucólicos, dos jóvenes provenzales se conocieron, se enamoraron, se casaron y vivieron... casi felices -a no ser por un maletín que perturbó sus vidas durante años. Ella se dedicó al hogar mientras que él, todo un "manitas", hacía arreglos en las casas de la región. Debía Pierre tener cerca de cuarenta años, ya con dos hijos y un poco entrado en carnes, cuando lo mandaron llamar para un trabajo de electricidad en el "castillo" -mansión construida en la edad media y habitada en esa época por un famoso pintor. Con su alegría de vivir y su gracia personal, Pierre muy pronto se relacionó con los habitantes de la casona. Ellos -una hermosa y cálida señora joven y su anciano marido de redondos ojos y siempre con un pincel en la mano- pronto le tomaron aprecio y para demostráselo le regalaron una maleta con más de cien dibujos de la autoría del viejo excéntrico. Danielle, al ver el obsequio, protestó por la insensibilidad de los "patrones", pues habiendo tantas cosas que se necesitaban en su modesto hogar, esos trazos y esas pinceladas indescifrables, "sin pies ni cabeza", no les servirían para nada. Su enfurruño la llevó a guardar en el ático el dichoso maletín y a maldecir la tacañería de los dueños del palacete. Muchos años después, Danielle, ya encanecida, rescató aquella valija vieja y empolvada y decidió darles a los rescatados bosquejos una utilidad: los enviaría como tarjetas de navidad a niños alrededor del mundo. Mediante algunas organizaciones no gubernamentales consiguó direcciones, compró unos lindos sobres grandes, escribió sobre cada uno de los dibujos: Joyeux Noël y... voilá, los dibujos volaron y los niños que los recibieron fueron muy felices. ¿Qué dices, qué hay otro final para esa historia? ¿Qué el matrimonio ha sido demandado por los familiares del pintor? ¿Qué los cuadros valían una fortuna? ¿Qué Danielle y Pierre, ya viejos, nunca podrán disfrutar del tesoro que durante tantos años ocultaron?

Segundo cuento. Goteras

Los koalas y los canguros se pusieron felices cuando recibieron la noticia de que había nacido aquel niño rubito y de nariz de pompón. Sus padres, auténticos saltimbanquis, precursores del Cirque du Soleil, recorrían el enorme continente con su magnífico espectáculo circense. El pequeño niño fue creciendo entre gente que cambiaba constantemente y no tuvo oportunidad de echar raíces en ningún lugar. Acudió a múltiples escuelas y conoció a millares de niños y a no pocos maestros pero con ninguno tuvo tiempo de intimar. Y a despecho de lo que pudieran pensar algunos pedagogos reconocidos, su educación resultó perfecta para los tiempos que corren: adquirió habilidades que otros no tenían, sobre todo el don de la ubicuidad; podía estar (claro, virtualmente) en muchos sitios a la vez. También hablaba múltiples idiomas, era adaptable a cualquier circunstancia y estaba enterado del acontecer mundial contemporáneo. No sabía mucho de historia ni de culturas antiguas pero era muy bueno en el manejo de las tecnologías modernas; de hecho, era todo un hacker. Julián, que así llamaremos a este testigo y protagonista de los tiempos que corren, gustaba, también, de saber de la vida de otros; era chismoso. Navegaba durante largas horas por el ancho oceáno cibernético (pero no como cualquier novato -como usted o yo), él surcaba los entresijos del universo digital para conocer aquellas historias que no salen a la luz y que se mantienen en el terreno de los secretos, escondidas entre las cloacas. Supo de muchas infidelidades, de traiciones, de preferencias secretas, de desviaciones amorososas hasta que, harto de conocer tanto vicio privado, incursionó en el terreno de las virtudes públicas que prometían horas enteras de diversión. Fue tal su descubrimiento que decidió darlo a conocer, provocando un escándalo mundial que hizo tambalear a las grandes y poderosas potencias al saberse de "sus enjuagues por abajo de la mesa". Respondieron, las naciones más afectadas, con gran furia y se acusó a Julián de irresponsable, de terrorista, de mal ciudadano del mundo y...hasta de violador consuetudinario, pero lo más que pudieron hacer contra él (porque no había hecho en realidad nada ilegal) fue encerrarlo unos días en confinamiento. No contaron, los sagaces políticos, con que el cerebro de Julian hacía sinapsis peculiares (seguramente debido a su pasado saltimbanquesco) y que esos días en soledad, en la cárcel, lo único que hicieron fue potenciar su vocación de chismoso y acrecentar su pasión por el hackerismo. Salió de prisión afirmando: "seguiré adelante con mi trabajo". Sobra decir que a partir de entonces, las cosas de la diplomacia en el mundo cambiaron (se acabaron las cloacas, por lo menos las epistolares) y este episodio quedó registrado en los anales de la historia como "la guerra de las cibergoteras".

Tercer cuento. La ceremonia

Todo listo para el gran día. Los preparativos empezaron un mes antes: dieta rigurosa para perder esos dos o tres kilitos de más, elección y confección del vestido para la ocasión (hechura, color, materiales probados), masajes faciales, relajantes, vigorizantes, hidratantes; tratamientos para el cabello, depilaciones, más todas esas cosas relacionadas con el "verse bien" para la celebración de un gran evento. La peluquera y el maquillista aparecieron por allí temprano, no faltó el buen baño de tina con sales del mar muerto, el desayuno y la comida frugales, el tiempo para la relajación y... llegó la hora. Estaba radiante, como nunca, sentía que todas las miradas irían hace ella; ella, tan bellamente descrita por su marido; todos querrían saber quién era la musa del escritor. Los flashes, las entrevistas, las felicitaciones, llenaron de glamour el lugar y todo sucedió como en un buen sueño. Al día siguiente tenía en sus manos y ante su vista los periódicos y las revistas culturales y sociales que no perdieron detalle del festín. Sólo ella lo notó: los reflectores se habían dirigido a la dama joven de la familia, a la newcomer, a la preferida actual de la socialité, a su espectacular nuera. Y de ella, sólo una o dos menciones y dos o tres fotos. Pero no diría nada al respecto; nadie sabría jamás de su pequeño drama íntimo y, por lo tanto, esta vez, pensaba en su depresión (y en su venganza), no sería tema de ningún bestseller.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Alternativa...

Varios de los sistemas de "televisión por cable" tienen una nueva gracia: una opción que te permite grabar programas para verlos cuando te apetezca. Esto permite a los usuarios hacer una selección previa, por ejemplo, de películas. El asunto tiene además otra preciada ventaja: si en el momento de estar viendo el film o el programa seleccionado no es de tu agrado, lo puedes borrar, es decir, hacer el equivalente a salirte del cine cuando una película te aburre o te desagrada (cosa que pocas veces hace uno, siempre en espera de que la película mejore y no hayamos tirado nuestro tiempo y dinero). Así, ya sólo veo películas que de verdad despiertan mi interés (por cierto, hay tres o cuatro canales que exhiben films europeos y asiáticos de muy buena calidad, que difícilmente los encuentra uno en la cartelera de los cines ¿por qué?). Y todo ello a cuento de que esta semana he visto "tres joyitas" que disfruté mucho. Ahí les van: El hombre de la Embajada (Der Mann von der Botschaft, 2006), un film alemán del director georgiano Dito Tsintsadze (1957). La película ganó el premio al mejor guión en el Festival de Cine de Mar del Plata y, Burghart Klaussner, el actor que protagoniza a Herbert Neumann (el hombre de la embajada), ganó la estatuilla al Mejor Actor en el Festival Internacional de Cine de Locarno. Herbert Neumann es un funcionario de la embajada alemana de Tbilisi, Georgia, -que no es cualquier lugar, es una ciudad devastada y pobre donde la gente no vive, sobrevive como puede. En este escenario, los miembros del servicio exterior son gente privilegiada en cuanto a sus pertenencias materiales pero no en cuanto a sus relaciones, difíciles de construir con los lugareños, aprovechados y recelosos, dadas las condiciones de vida del lugar. Él hace su trabajo de manera casi automática, no hay retos, como tampoco los hay en su vida cotidiana o amorosa. De pronto, un hecho inesperado lo pone en contacto con una niña-niño refugiada -Sascha (Lika Martínova)- con la que empieza a establecer una amistad que cambia la vida de ambos. Valga decir que el espectador no sabe cuáles son las intenciones de este hombre maduro y solitario y, no hay remedio, le pasan a uno por la cabeza los malos pensamientos. De hecho, también así lo piensan varios de los personajes en la propia película y, ni remedio, Herr Neumann es señalado como pedófilo y hasta una banda de maleantes, familiares de Sascha, trata de extorsionarlo con este asunto; mientras, el espectador se debate entre compadecer al personaje o detestarlo . No digo más para no delatar el final (¿será o no será?) pero la historia me dejó cavilando un buen rato. Ojalá la puedan ver. Tan bien actuada y dirigida que a veces parece un documental.
La otra película que les recomiendo es Baile de agosto (Dancing at Lughnasa, 1998) dirigida por Pat O´Connor (Dulce Noviembre 2001, Círculo de Amigos 1995) y con las actuaciones magníficas (como siempre) de Meryl Streep y Michael Gambon. De hecho, todas las actuaciones en esta película merecen un reconocimiento; alrededor de Gambon y Streep brillan otros cinco artistas de primera. En el verano de 1936, en el pequeño pueblo de Ballybeg, en Irlanda, la vida de cinco hermanas solteras transcurre "sin pena ni gloria" mientras que sobre Europa se cierne la sombra de la guerra, que ya ha estallado en España. Una de la hermanas tiene un hijo pequeño, Michael, que de vez en cuando recibe la visita del padre, un idealista, "trasero de mal asiento". El ambiente opresivo propio de las pequeñas aldeas no les impide, sin embargo, desear una vida mejor. Paradójicamente, será un hecho fortuito el que produzca un ansiado cambio en las vidas de estas mujeres: el hermano mayor, hasta ahora misionero en África, vuelve trastornado mentalmente con la intención de pasar sus últimos días junto a los suyos. En su locura, es él quien confronta a las hermanas con sus secretos, sus dudas y sus verdades, creando un cisma familiar. Entre tanto, el padre de Michael anuncia a las mujeres su intención de viajar a España para luchar contra las tropas de Franco. Para el pequeño Michael, narrador de la historia, nada volverá a ser lo mismo. La música de Bill Whelan merece mención especial y el baile en el que las hermanas descargan toda su fuerza, sus deseos y sus frustaciones, el último baile de unión familiar, es para recordar.
Finalmente, Ama de casa, 49 (Housewife, 49, 2006) es una película hecha para la televisión inglesa. Es un drama basado en los diarios de guerra de Nella Last, una ama de casa que, en un pueblo pequeño del norte de Inglaterra (Barrow-in-Furness), escribe sobre su cotidianidad en los años de la segunda guerra mundial, 1939-1945. Resulta que en esa época, se estableció un proyecto (Mass-Observation Proyect) que buscaba monitorear la vida de la gente común y corriente durante la guerra. Nella fue una de las participantes y hoy sus diarios han sido editados y publicados y transformados a la magia del celuloide. Apunto, como dato curioso, que el resultado del proyecto Mass-Observation se traduce en cientos de "diarios" disponibles al público en archivos de la Universidad Sussex, por si es del interés de algún lector-investigador.
La película ganó dos premios de la Academia Británica de Televisión en 2007: "Best Single Drama" y el "Best Actress" para la actriz (muy conocida en Gran Bretaña) Victoria Wood, por su papel como Nella Last. Y aunque la película versa sobre el gran tema de la irrupción de la guerra en la tranquila vida familiar de la provincia inglesa, tiene el acierto de "tocar" con maestría otros pequeños temas como la participación de las mujeres, el cambio en las relaciones de pareja y entre madres e hijos, el miedo, la desolación, la pertenencia a una causa, el sentido de solidaridad. Sin mayores pretensiones, gran película.

sábado, 4 de diciembre de 2010

¿las fuerzas del bien contra las del mal?

Hace unos días asistí a la presentación del libro Crónica del delirio de la escritora Adela Salinas (Ciudad de México, 1968). Adela rescata al olvidado pintor francés Paul Antragne, que vivió y murió en México, casi sin dejar huella de su obra, excepto para quienes fueron sus cercanos. En esta biografía novelada a la que Adela dedicó parte de su tiempo de los últimos dicisiete años, aparece un personaje perseguido por múltiples "demonios" que no se traducen más que en soledad y falta de apoyo emocional. Nos dice Adela: ...(Paul) comprendía que sólo a través del diablo podía purificar su miedo y ser acreedor a los brazos de Dios. Siempre vivió con miedo y supo, desde temprana edad, que sólo enfrentándolo era como se podía vencer.
Cuando Paul apenas cumplia los ocho años de edad, en su natal Francia, se encuentra envuelto en una situación incomprensible para un niño: bombardeos, escasez de comida y muerte. La Segunda Guerra Mundial había comenzado y el nombre de Hitler, acompañado de maldad, devastación y miserias, se posesionó de los sueños del infante. Su padre marcharía al frente de combate, del que nunca regresó, y él se quedaría con su madre, para ser evacuados a un lugar extraño, con gente y costumbres diferentes a las suyas; a los diez años pisaba tierras argelinas. Su madre, debilitada y empobrecida, muere en sus brazos y el niño queda paralizado de terror: sin un recuerdo, sin una foto, sin una historia infantil. Es enviado a vivir a un pequeño pueblo al sur de Francia con una tía aristócrata, hermana de su madre. El niño deseaba encontrar allí el calor que tanta falta le hacía y aunque se le dota de todo bien material, las caricias y el amor maternal le son negados. Descubre entonces el surrealismo y a los poetas malditos (Baudelaire, Rimbaud, Bataille y Mallarmé) : ...a sus diez, once, doce años, ya entendía lo que estos libros ofrecían ...el mundo se caía a pedazos delante de sus ojos asombrados e inundados de llanto y silencio sepulcral...
A los 21 años se enlista en las filas de la Legión Extranjera,¡para ir a Argelia! Fue a su regreso de África cuando decide tomar el camino de la pintura; poco después viaja a Estados Unidos y de allí a México, país en el que sus relaciones lo conectan con un grupo de intelectuales locales. Ya no volvería a vivir en ningún otro país hasta su muerte -a los sesenta y un años-, provocada principalmente por un problema de alcoholismo y de las miserias que este mal lleva consigo. Durante su vida en México se dedicó a ser un enfant terrible, dispuesto siempre a épater les bourgeois, que escandalizaba con sus excesos, sus exóticas cenas y sus provocativos cuadros, a propios y extraños. Su obra, perturbadora, se encuentra diseminada entre coleccionistas particulares y mucho me temo que no pasará "la prueba del tiempo". Adela Salinas trata de revivirlo para darle el matiz de un hombre confrontado entre las fuerzas del bien y del mal que, en nuestro país, tuvo sus seguidores, algunos de ellos personajes conocidos en los ámbitos de la cultura, la ciencia y el arte, a los que convocaba para invocar (¿y enfrentar?) a las fuerzas del mal.
Por mi parte pienso que allá cada quien con sus tormentos y sus búsquedas, con sus claro-oscuros, con sus misterios y sus cadáveres en el closet; no juzgo pero no tomo partido por este personaje, aunque puedo reconocer que no dejaba de tener ciertos destellos que, para algunos, lo hicieron atractivo. En cuanto a su pintura, llena de monstruos y horrores (aparecen varios grabados en el libro), me resulta, por decirlo de alguna manera, inocente y con el claro mensaje de asustar, de ofender, de pertubar.
En la presentación del libro, la autora hizo hincapié en que la vida de Paul Antragne fue una búsqueda de "la luz que se esconde dentro de la oscuridad"; del bien a través del mal. Y me pregunto: ¿habrá tal cosa?.
En fin, que es la escritora mexicana Rosa Beltrán la que me saca de dudas (y de aprietos) con un simpático cuento (El salto evolutivo, Revista de la Universidad de México, núm 80, octubre 2010) en el que trata el tema del bien y del mal de manera deliciosamente irónica; el cuento es, nada más y nada menos que "el desafío de una mujer y sus terapeutas que se convierte en una polémica entre Darwin y Freud". Así, la protagonista acude al sicoanálisis porque no encuentra solución a sus problemas siendo que está segura ...de haber jugado limpio; soy buena en el buen sentido del término. Después de recorrer varios divanes, ella siente que ni siquiera los terapeutas la comprenden. Finalmente llega con el doctor Pi, que de inmediato le "da buena espina", tanto así que sólo él llega al meollo del asunto: Mi problema era, (dice la protagonista, guiada por su preclaro terapeuta) que sólo me había situado de un lado de la ecuación: la bondad. Yo había sido la buena, "ergo", la víctima y a los buenos nunca les va bien en los cuentos..."Haz el bien y no mires a quién" es un enunciado que adolece de un defecto grave -dijo (el doctor Pi)- carece de dirección...si decimos (continuó Pi), no hay mal que por bien no venga, algo que no tiene un fundamento, podríamos afirmar con la misma seguridad que no hay bien que por mal no venga...la bondad puede recibir otros nombres, para Schopenhauer también se llamaba cobardía y Séneca la ve como pusilanimidad...Usted justifica su fracaso poniéndole el nombre de bondad. ¿Y cómo curarse entonces de ese mal (del mal de ser tan buena)? El acertado sicólogo le recomienda ver películas de Bette Davis, a la vez que le hace la siguiente reflexión: hay especies de esporas que evolucionan gradualmente de un estado concreto a otro cualitativamente distinto para sobreponerse a medios adversos.¿Y por qué va a mostrar mayor inteligencia una espora? ¿Qué sentido tendría que una espora estuviera mejor dotada que usted? Y así, de Freud, con el mismo tono irónico, la escritora "salta" hacia Darwin. ¿Logrará la paciente evolucionar como la espora y ser mala? El cuento termina con una frase críptica: Habíamos alcanzado (el doctor Pi y ella) el punto de equilibrio. Saque usted sus propias conclusiones.
Entre el delirante Paul Antragne y el sesudo doctor Pi y su chalada paciente, me quedo con estos últimos.

Nota de última hora: En definitiva todo sigue igual con respecto a la ortografía del Español. Las 22 academias del español reunidas en la FIL de Guadalajara votaron por unanimidad dejar las polémicas propuestas en sólo recomendaciones que se recogerán en la Ortografía que publicará la editorial Espasa Calpe. Uf, resonó un respiro general en el mundo hiapano hablante.